sábado, 11 de junio de 2016

Insignificantes...

Y las flores se marchitan, y el campo se seca. Se seca como la lágrima que cae de mi ojo. Lágrima que no se de cual ojo callo. Y si supieras, oh cuanto me ha dolido, como oí romperse mi corazón, como un jarrón de cristal. Roto, tan roto que ni cinta adhesiva lograra reparar.

Dicen que las lágrimas son las palabras que no logramos decir, esas palabras que se atragantan en mi boca y mueren en mis labios. Esas palabras que jamas escucharas. Tu, tu quien seas, ya no importa, me da igual. Ojala jamas sientas la mitad de lo que siento. Mi pecho se comprime, no entra aire, pero sigo viviendo, sigo viendo la mierda de mundo a mi alrededor. Te sigo viendo a ti.

Pero no deseo volver el tiempo, de los errores se aprende. Tu fuiste mi sueño convertido en pesadilla. Y ahora, eres un vago recuerdo en mi memoria, que se esfuma como el humo que salia de los trenes antiguos, perdiéndose en la inmensidad del cielo, descomponiéndose en distintos gases, viajando mas allá de nuestra atmósfera, tan lejos de mi, tan lejos de lo que fuimos y seguramente mas lejos de lo que seremos. Porque al final, todos terminamos siendo recuerdos, y terminamos perdiéndonos en el universo, fundiéndonos unos con otros, creando colapsos, siendo importantes aun siendo tan sumamente pequeños.


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